martes, 2 de abril de 2013

Perfumes para búhos.


¿ Qué hago sentada en mi silla, esperando algo que nunca va a llegar?
Mientras, escucho  las gotas cayendo sobre las claraboyas de mi cocina.
Miro hacia el frente y me encuentro con los cuatro estantes agarrados a la pared rosa.
Sobre el primero, se encuentran tres frascos de perfume. Los tres empezados. Los tres sin terminar aún.
Cada uno utilizado para diferentes ocasiones  Todos con un mismo objetivo. Ninguno lo cumplió. Solo alguno de ellos funcionó alguna vez, pero no siempre como yo quería.
Un búho me mira fijamente. Su mirada se clava en mis ojos por más que me mueva hacia la izquierda o hacia la derecha.
Es el mismo que escuchó una historia sobre vos.
Es casi el mismo que me insiste con que me vaya y abandone la espera.
Es el mismo que idolatra a personas de tu pasado.
Es el mismo, y casi el mismo al que no escucho, continuando sentada en mi silla, esperando, mientras sigo escuchando las gotas cayendo sobre las claraboyas de mi cocina.

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