domingo, 30 de marzo de 2014

Estupidez invisible.

Hipnotizada por su belleza, se paró en la orilla de su cabeza, en busca de algún tesoro, sin ninguna pereza.
Una ola de ignorancia, se asomó sin repugnancia. Apareció por el horizonte y la embistió cual rinoceronte.
Su víctima quedó tirada, con las ideas desordenadas, y cegada por aquella arena que tanto le llamaba.
Entonces, solo sintió, lo que no miró cuando llegó.
Entre toda esa maleza, abundaba la belleza, pero carecía de protagonismo su cabeza.
Ahí fue cuando recordó aquel cartel muy bien decorado, "llamativo, bello y muy bien pintado".
Aquel cartel que a primera vista a todos envolvía en engaños, que sobre su frente decía "vuelvo en cien años".

miércoles, 12 de marzo de 2014

Interrupción.

Estoy para despertarme a las 4:55 am. Con la cara desorbitada, con los ruidos de la calle, la vejiga llena, la garganta dolorida, con los sueños cortados, y tengo necesidad de tomar algo. Pero está el miedo de bajar, como siempre.
El se acuesta al lado mio y espera a que me despierte para asustarme. Al rato me quedo en silencio sintiendo el aire que entra por la ventana. Escuchando cada cosa que se filtra a parte de la calle. Empiezo a escuchar ruidos que me asustan. Mi corazón late con cautela y mis pupilas se achican lentamente, a la vez que mis ojos se agrandan hasta quedar como enormes platos de vidrio. Entonces un milésimo ruido me alerta y estos platos se rajan.
Me levanto de la cama y cierro mi habitación con llave.
Después prendo la tele y busco una falsa sensación poniendo los dibujitos y siento que todo va a estar bien. Al rato me vuelvo a dormir. Con todas mis inquietudes cargadas en el cuerpo ahora consciente de cada una.
Y no pienso hacerme cargo de ninguna porque a pesar del sonido y los colores que despide mi televisor, todavía tengo miedo.

martes, 11 de marzo de 2014

Yo te prefiero fuera de foco, inalcanzable é.

Escucho tu nombre y a las muñecas se le caen los ojos.
Te siento caminar y los estantes traicionan a los libros dejándolos caer al piso.
Me hablas y el baño se innunda, el jabón se deshace y las toallas se mojan.
Te asomas y todas las animaciones se rallan. El monitor se ralla, la tele se ralla, los lentes también.
Nos cruzamos y la cama se deshace. Peor si es mientras duermo. 
Las papas no se pelan, la mesa no se pone, la escalera no se barre, si lo decís y no lo haces.
La pizza no se come.
Las películas no se ven.
Los pantalones no se cortan.
Tus calles y las mías no se cruzan (más).
 Y en conjunto no se pedalean (más).