sábado, 30 de marzo de 2013

Rápido.


Y de a poquito te vas metiendo dentro del agua.
Primero un pie, después otro.
El agua llega hasta tus rodillas y seguis caminando.
Te miro desde la orilla.
Ni por casualidad te darías vuelta para ver si sigo ahí. Ya sabes que sí.
Aumentas la marcha. Contenes la respiración cuando el agua se pone a la altura de tus hombros.
Pera. Boca. Nariz. Ojos. Orejas. Pelo.
Todo cubierto por algo que me es imposible adivinar.
Y de pronto, desaparecés.

viernes, 29 de marzo de 2013

Pobre.


Por cada pertenencia que voy metiendo dentro de mi mochila pienso y repito en voz alta: "pobre"

(short)
- pobre
(pastillas)
- pobre
(libro)
- pobre
( cepillo de dientes)
- pobre
( celular)
- pobre
( cargador del celular)

-POBRE

Cuantas cosas necesito meter en mi mochila para darme cuenta de que soy una pobre idiota?

lunes, 25 de marzo de 2013

Un tour por tu cuerpo.


Voy a trepar por tu dedo meñique del pie y escalar hasta el dedo gordo. Bajar por el tobogán de tu empeine y recorrer tu tibia hasta la rodilla.
Hundirme en la carne de tu pierna y jugar con tus partes.
Evitar a toda costa el ombligo, saltar en tu panza, elevarme centímetros para luego impactar sobre la superficie blanda y que ésta me reciba.
Dividirme en dos partes más y recorrer las deformidades de tus manos.
Llegar a los codos y enterrarme en las pieles movedizas. Morderte para ver si te duele. Cruzar un puente hasta tus costillas, y llenarte de cosquillas. Pasar por tu pecho, dormir una siesta.
Despertarme encontrándome con mis divisiones en tus clavículas y luego seguir hasta tu pera.
Parar por tu boca, darte mil besitos y saltar hasta tu nariz. Empujarla para arriba y que seas un chancho.
Barrer mis problemas con tus pestañas y reflejarme en tus ojos.
Llegar a tu frente, subir un poquito más y perderme entre tus pelos.
Hacer un agujero, entrar en tu cabeza y desconectarte del exterior. Basta de problemas. Dame amor.








domingo, 24 de marzo de 2013

Vuelta manzana.


El calendario de mi cabeza marca días. Hasta que llega.
Me levanto, pensando mientras me cambio. Cambiandome mientras pienso.
Bajo al pasillo. Te tomo por sorpresa.
Paseamos, recorremos juntas. Te llevo, me llevas. Es todo nuevo.
Llegamos y  somos felices. Miles de sonidos vibran por el aire y llegan a nuestros cuerpos. Nos transmiten paz, nos transmiten alegría de la que necesitamos por estos días.
Queres conocer?
Conozcamos entonces.
Me gusta como te moves, me gusta la forma en la que me haces mover. 
Gracias por mantenerme atenta a esta ciudad, a veces de mierda.
SOMOS UNA ELEGANCIA!
Entramos en el espacio, saludamos, vos a las tuyas, yo a los míos. 
Y si querés me marcas un millón de metas por segundo. Y si tenes ganas me agotás, y no quiero saber más nada. 
Pero a vos no te dejo, no me voy, salvo por un ratito, pero sabes que vuelvo a buscarte, porque me gusta que nos escapemos si el día está feo. Me gusta que nos escapemos si amanecimos mal, o si todos estan en mi contra.
Me cansas de cuerpo pero no de ganas.
El día se pasa y seguís conmigo.
Vamos a dar otra vuelta.

lunes, 18 de marzo de 2013

Under Control.

Ahora es cuando comienzo a sospechar que un día me encontraste andá a saber dónde y pensaste que era un muñeco a cuerda que hablaba.
Al principio lucía bien, adornando tu cama después de que la hicieras. Yo sobre el acolchado, impregnada de tu perfume, rodeada de tus cosas, observando siempre cualquier movimiento.
A decir verdad, nunca estuve entre tus cosas. Fue tal vez producto de mi imaginación.
Pero no importa, sigamos...
De a poco voy cumpliendo con mi rol.
Me agarras como más te gusta, cambias la posición de mis extremidades.
Cambias la forma y el color de mi pelo a uno bastante particular, ya que no podes tener el muñeco que vos queres.
¿Sos conciente de que podés cambiar mi estado de ánimo? No deberías, pero podés.
Me sentas con los brazos cruzados, piernas extendidas y cabeza gacha, para que no te perturbe mi mirada, que es lo único de lo que no posees control.

Te encanta estancarme en un estado de preocupación- desesperación- tristeza- enojo- dependencia y por sobretodo, disfrutas sabiendo que me lleno de preguntas sin respuestas. Por eso actuás como actuás y hacés lo que hacés conmigo.
Nunca te detuviste a analizarme antes de atarme completamente a tu capacidad de hacer y des-hacer sobre mí.
Aparecés y desaparecés sin fijarte siquiera si sigo ahí o si me caí al suelo.
Ya no tiras de la cuerda que proviene de mi interior, porque no te interesa escucharme.
Solo hay tiempo para tus monólogos que de repente desaparecen como si nada, y tus charlas solitarias quedan suspendidas sobre el clima tenso e incómodo que generaste en mí.
En cada cosa que me decís puedo percibir promesas que nunca van a cumplirse.
Pasa el tiempo y sigo en tu cuarto, ahora sobre un estante, observando junto a los demás muñecos, cubiertos por una capa de polvo de hace semanas, a tu nueva figura posada en tu cama, igual que yo hace un tiempo, acomodada a tu gusto, siempre a tu disposición,también con cuerda, pero esta vez, con un accesorio nuevo.

martes, 12 de marzo de 2013

Alpiste perdiste.


Te voy siguiendo por el lugar, levantando polvo, buscándote con la mirada para que no te vuelvas a escapar, aunque bueno, estas corriendo y me cuesta llegar a donde estas.
Esquivas los árboles con elegancia. Te tiras al piso y me esperas, dándome ventaja porque, sí, me encuentro a kilómetros.
Te tiras boca abajo en la tierra. Los codos apoyados sobre una piedra de un liso perfecto, justo para la ocación. La cabeza apoyada sobre tus brazos que ahora estan cruzados.
Subis tu pierna derecha a la altura de tu pecho. Se te levanta la remera y puede verse tu ropa interior. Me calienta. (je)
Me encanta como te estiras, como me esperas, como te escapas y como al fin desaparecés para que te siga buscando.
Llego a la entrada del caos en el que te metiste, claramente, me perdí para llegar. 
Podes sentir  mis ganas de atraparte y ahí es cuando te incorporas de un salto y volas.
Mientras corro, el viento me pega en la cara y me hace llorar los ojos. Aprovecho y lo uso como excusa. 
De repente mi mente comienza a ponerse en blanco y no puedo seguirte el juego. Me choco contra todos los árboles que aparecen en mi camino.
Caigo al suelo cuando una rama gigante me atraviesa el craneo e instantáneamente caigo de culo al piso. 
No quiero pensar qué hago ahí corriéndote ni que acaba de pasar porque cada segundo que lo hago, mis ganas de desaparecer de la faz de la tierra van aumentando y en enormes cantidades.
Te diste cuenta que no te sigo más. Detenes la marcha y volves hacia atrás.
Me ves tirada en el piso con los ojos cerrados y te acercas a donde estoy, pretendiendo levantarme, bordearme la cabeza con tu brazo derecho, con tu mano en mi frente y que sigamos jugando.
Cuando estas a centímetros mío, abro los ojos, me levanto en menos de un segundo y te atrapo. Gané el juego.