jueves, 11 de abril de 2013
Destapo.
Los cubiertos chocaban accidentalmente contra los platos de cada individuo provocando ruido de ambiente en aquella habitación.
Dos conversaciones rondaban por la atmósfera, chocándose entre si, dificultando su llegada a cada destinatario.
Ella se encontraba sentada, observando mientras se llevaba a la boca un tenedor enredado de tallarines con salsa
Al lado suyo se encontraba su pareja. En frente, la madre y el padre. Al otro lado, su hermana.
No estaba atenta a ninguna de las conversaciones. En realidad,se entretenía mucho más con algo poco común. Por lo menos ella así lo creía. Nunca lo había hablado con nadie porque no era algo que le gustara contar.
El juego consistía en imaginarse siendo parte de aquella cena, largando una serie de preguntas con un nivel de incomodidad y desubicación extrema. Tal así era que hasta imaginaba la repercusión de sus preguntas, en las caras y acciones de los demás.
Mientras observaba a las personas hablar, elegía su blanco.
Esta vez, su pareja.
- ¿Te acordás cuando me cagaste?
- ¿En tu familia saben que cuando tenemos sexo, te gusta putearme?
- ¿Ya le contaste a tus papas que a tu ex novia la dejaste embarazada pero abortó?
Luego siguió con la hermana.
- Y decime... ¿vos a qué edad perdiste la virginidad?
- ¿ Por qué llorabas a noche?
Y por último, eligió atacar a los padres en conjunto.
- ¿Y el trabajo? ¿los siguen estafando como siempre?
- ¿Van mejor en la cama o el viejo tiene que tomar Viagra?
Su cara se iba transformando al imaginar las reacciones ante las preguntas que formulaba.
A veces imaginaba como todos dejaban de masticar y se quedaban mirando al interrogado.
Otras veces imaginaba un drama, donde la víctima comenzaba a llorar porque a veces sus preguntas eran demasiado crueles o muy íntimas como para que el resto de la familia las estuviera escuchando.
Normalmente intentaba agarrarse de datos que ella ya sabía, aunque otras cosas las suponía, o las daba por obvias.
Ni siquiera ella sabía a qué llegaba con este juego. Solo le divertía pasar el tiempo de esa forma en vez de tener que escuchar cosas que no le interesaban, y menos de alguien quien no la hacía feliz. Estaba perdiendo el tiempo y lo sabía.
No tenía ganas de volver a pensar en eso. Entonces, siguió pensando preguntas.
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