domingo, 7 de julio de 2013

Vaya sorpresa.

Tuve tres segundos para reaccionar y entender lo que estaba pasando.
Tuve toda una noche para levantarme del sillón e irme a mi casa.
Insistí en quedarme, intentando apagar las situaciones e imágenes que se encendían en mi  cabeza.
A tan solo un metro se encontraba una mentira que no iba a soportar. O quizá una verdad demasiado insoportable e inesperada.
Cuanta humillación. La confusión me había ganado y ahora me esperaba en  la meta sentada.
Fue todo delante de mi.
Debo admitir que confundí las cosas y te doy algunos créditos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario