bicicletas diferentes a la mía.
Qué curiosos que son los caminos de tierra que se trazan cruzando el asfalto de mi ruta. Todos de tierra.
Hasta un simple viento los hace desaparecer. Levanta un polvo molesto que se nos mete en los ojos y ahí es cuando decido
tomar otro camino porque la verdad, es que me cansa.
Que rutina aburrida. Que carteles errados. Señales confusas me alejan cada vez más de mi rumbo.
Tal vez sea mejor. No quiero seguir pedaleando por una ruta que no me corresponde.
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