jueves, 16 de mayo de 2013

Otro cuerpo.


De qué serviría que alagara su tatuaje, o que vivieran a pocas cuadras de distancia?
De qué serviría que saliera de la panadería y la deleitara con sus mascotas, entreteniéndola mientras esperaba el colectivo?
Tenía algún sentido que llegara y fingiera  no saber dónde se habían conocido por primera vez?
Importaba mucho correr a la panadería en busca de un lápiz y un papel, para pedirle su número, mientras ella miraba nerviosa que su transporte no se pasara y así provocara su llegada tarde al trabajo?
Realmente iba a invitarla a salir el domingo a dar unas vueltas por el parque?
Enserio importaba si a ella le gustaban los perros o no?
No. Nada de eso tenía importancia alguna. De todas formas ninguna de esas cosas logró llamar su atención. Ni siquiera el poco buen trato que llegó a brindarle las veces que se cruzaron.
Ni siquiera la simpatía de una de sus mascotas. Por eso, le erró al último número de su celular. Su cuerpo y mente pedían a gritos otro tipo de atención.

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