miércoles, 29 de abril de 2015

Sofía.

La luz solar que entra por sus pupilas, se encarga de dilatarlas al límite, para dejar apenas un anillo color celeste que las rodea.
Suposiciones  inconclusas acerca de drogas o temas de luz y oscuridad quedan flotando en el espacio.
Solo bajo sus párpados encontré a las causantes de ese ruido que llamaban mi atención.
Solo en sus partes tapadas noté la más sensible de las pieles.
Sus oídos  se saturan fácilmente por ruidos provenientes de infinitos disparadores.
Caudales insostenibles desembocan por sus lagrimales agotando la mirada. Hinchando los párpados, provocando un tono grisáceo por debajo de sus ojos que contrasta con la blancura de su piel.




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