lunes, 9 de diciembre de 2013

Ser.

Quería ser una flor para que sintiera mi perfume y tuviera ganas de arrancarme y llevarme consigo.
Quería ser su ropa, para abrazar cada parte de su piel.
Quería ser el asfalto, para sentir su andar como masajes en mi cuerpo.
Hasta me conformaba con ser el azúcar para saciar sus preferencias y endulzar sus desayunos.
Usaría cualquier película que fuera de su agrado para disfrazarme con ella y entretener sus tardes de aburrimiento.
 Me vi capaz de transformar lo dulce en lo salado, lo frío en lo caliente, acorde a sus antojos.
Soplé tan fuerte como pude para provocar esa brisa que tanto necesitaba al salir a su balcón.
Quería ser la parte que más le gustara de una canción para entrar por sus oídos en forma de melodía y salir por su piel, siendo puro sentir, sensación y reacción.
Quise serlo todo, con tal de no tener que pasar por la terrible tarea de ser su cabeza.
Un arma letal para mis capacidades físicas y mentales.


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